La pandemia ha cambiado todos los aspectos de nuestra vida por completo, lo que nos ha hecho cuestionarnos también el modelo de ciudades que queremos. Las conocidas ‘Ciudades inteligentes’ o ‘Smart cities’ están llamadas a acelerar su transformación en esta nueva vida post-covid.

El concepto de ciudades inteligentes se remonta a la década de 1970, cuando Los Ángeles encargó un informe que utilizaba bases de datos, fotografías aéreas y análisis de conglomerados para recopilar datos y dirigir recursos en la ciudad. Ciudades inteligentes enfocadas en aumentar la eficiencia, reducir la pobreza y mitigar los desastres.

Al igual que con tantas cosas relacionadas con las personas, los lugares de trabajo y los entornos sociales, las iniciativas de ciudades inteligentes pueden recibir un impulso a medida que salimos de nuestros estilos de vida pandémicos.

El confinamiento inicialmente impuesto en muchos países a raíz de la pandemia motivó la adopción acelerada de nuevos servicios digitales desde el ocio al trabajo.

La consultora Gartner estima que para 2023, el 50% de las ciudades con menos de 250,000 habitantes promoverán el crecimiento mediante el uso de iniciativas de ciudades inteligentes para atraer a trabajadores remotos que migran desde las grandes ciudades.

Además muchas personas sienten que el trabajo y la vida social después de la pandemia de COVID-19 requerirán nuevas formas de pensar sobre los espacios urbanos. En la actualidad, alrededor del 55 % de la población mundial (4200 millones de habitantes) vive en ciudades, según el Banco Mundial. Para 2050, la población urbana será más del doble de su tamaño actual y casi 7 de cada 10 personas en el mundo vivirán en ciudades de distinto tamaño

Las ciudades adoptan tecnologías como Internet de las cosas (IoT) que es esencial que cambie drásticamente la forma en que hacen negocios. Las ciudades inteligentes contienen una infraestructura basada en tecnología de datos, lo que hace que una ciudad pase de un mundo analógico a un mundo dinámico basado en información en tiempo real.

Una ciudad inteligente es una red de respuestas tecnológicas a las crecientes necesidades, demandas y desafíos de mejorar la calidad de vida de las personas que viven en los centros urbanos de todo el mundo.

Pero igual que se centran en la tecnología, también deben satisfacer las necesidades de las personas.

 La tecnología puede facilitar la prosperidad, el bienestar, la habitabilidad urbana o la justicia social, pero solo cuando cuenta con los complementos análogos adecuados (instituciones maduras, gobernanza responsable).

No en vano el objetivo último de las ciudades inteligentes es facilitar y mejorar el bienestar humano.