La enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral que destruye lentamente la memoria y la capacidad de pensar. Con el tiempo, la habilidad de llevar a cabo las tareas más sencillas también se pierde. Hasta el momento no se ha encontrado una cura para este trastorno, aunque hay tratamientos que permiten controlar los síntomas.

En Japón, un equipo de científicos encontró que un derivado de la llamada popularmente “hormona del amor”, la oxitocina, podría llegar a ser una opción farmacológica para revertir el deterioro cognitivo que es provocado por la enfermedad. Es que esta patología se trata de un trastorno que se caracteriza por la acumulación de la proteína beta-amiloide en el tejido cerebral que, al desarrollarse, produce demencia.

Con esto en mente, los investigadores de la Universidad de Ciencias de Tokio demostraron a través de un experimento en ratones que un derivado de la oxitocina con modificaciones permite mejorar la perfusión cerebral y puede revertir el deterioro cognitivo inducido por la proteína.

Las demencias como Alzheimer aumentarán a 139 millones personas en 2050 en el mundo.

Se considera que como la proteína se acumula en el cerebro, se genera deterioros de la función neuronal, que conducen a la pérdida de memoria como síntoma. Cada 3 segundos se desarrolla un nuevo caso. Ya se estimó que el número de personas afectadas aumentará a 139 millones en 2050. Ese incremento se producirá más en los países de ingresos bajos y medios, como los de América Latina.

Con ese escenario para el futuro, la investigación científica corre sin pausa para entender mejor por qué ocurre la enfermedad de Alzheimer y cómo se puede actuar antes de que los procesos patológicos se inicien y antes de que los síntomas se manifiesten.

Estudios anteriores habían permitido descubrir que la oxitocina, una hormona peptídica responsable principalmente del parto, el vínculo y la lactancia, también regula el comportamiento cognitivo en el sistema nervioso central de los roedores. Ese hallazgo, junto con la identificación de receptores de oxitocina en las neuronas del sistema nervioso central, ha despertado interés. Los investigadores sospechaban que la oxitocina podía desempeñar un rol en la reversión de la pérdida de memoria ligada a trastornos cognitivos como la enfermedad de Alzheimer.

Sin embargo, los péptidos como la oxitocina se caracterizan por su escasa permeabilidad a la barrera hematoencefálica. Por lo que sólo pueden administrarse eficazmente en el cerebro por vía intracerebroventricular. Pero es una técnica invasiva y poco práctica para su aplicación clínica. Mientras que la administración de péptidos al sistema nervioso central por vía intranasal es una opción clínica viable.

El profesor Chikamasa Yamashita, de la Universidad de Ciencias de Tokio, patentó recientemente un método para aumentar la eficacia de la administración de péptidos en el cerebro, introduciendo péptidos penetrantes en las células y una secuencia aceleradora de la penetración mediante modificaciones estructurales.

Trabajos anteriores habían confirmado que esas opciones benefician la vía de administración de la nariz al cerebro. Ahora, un grupo de investigadores, dirigido por Akiyoshi Saitoh y Jun-Ichiro Oka, ha aprovechado este enfoque para preparar un derivado de la oxitocina, llamado PAS-CPPs-oxitocina. Sus resultados se publicaron en la revista Neuropsychopharmacology Reports.

Aún se necesita evaluar el derivado de la oxitocina en ensayos clínicos en seres humanos.

“Hemos demostrado anteriormente que la oxitocina revierte el péptido amiloide inducido por el deterioro de la plasticidad sináptica en roedores. Queríamos ver si el derivado PAS-CPPs-oxitocina podía administrarse de forma más eficiente en el cerebro del ratón para su aplicación clínica, y si mejoraba el comportamiento funcional cognitivo de los animales”, afirmó el profesor Oka

El grupo desarrolló en primer lugar un modelo de amnesia inducida por un péptido en el ratón. En el transcurso del estudio, se evaluaron las memorias de trabajo y de referencia espacial de estos ratones mediante las pruebas del laberinto en Y y del laberinto acuático de Morris. Después de confirmar que la memoria estaba afectada en los ratones, se administraron el derivado “PAS-CPPs-oxitocina” y la oxitocina nativa para ver si el aprendizaje y la memoria mejoraban en los ratones tratados.

Por último, se perfiló la distribución del derivado de la oxitocina en el tejido cerebral mediante la obtención de imágenes de un derivado de la oxitocina marcado con fluorescencia, según contaron los científicos. Los resultados de este estudio fueron bastante prometedores. La oxitocina marcada con PAS-CPPs se distribuyó por todo el cerebro del ratón tras su administración por vía intravenosa. Se observó que produjo efectos de mejora de la memoria en la prueba del laberinto.

En relación con el descubrimiento del equipo, el profesor Oka dijo: “Mi equipo es el primero que demuestra que el derivado de la oxitocina puede mejorar el deterioro de la memoria” en ratones. “Esto sugiere que la oxitocina puede ayudar a reducir el deterioro cognitivo que vemos en la enfermedad de Alzheimer”, resaltó. Aún faltan ensayos clínicos que demuestren la eficacia y la seguridad del derivado de la oxitocina en seres humanos. Pero el científico explicó las implicaciones más amplias de su trabajo: “El derivado de la oxitocina entra en el cerebro de forma más eficiente. Además, como la administración es un procedimiento no invasivo, esta versión modificada de la hormona podría ser un tratamiento clínicamente viable para la enfermedad de Alzheimer”.

Fuente: infobae.com